Hace algunos días la Free Sofware Foundation publicó una entrada de blog en la cual la organización agradece a todos aquellos que utilizan las licencias GNU para distribuir y otorgar licencias de software, «pero» condena el uso de derivados no autorizados y confusos de estas licencias.
En su artículo, la Free Software Foundation explica cómo se protege a los usuarios contra los términos restrictivos introducidos por personas que utilizan los términos de la licencia GNU para escribir sus propias licencias nuevas, de una manera que perpetúe a los usuarios de ejercer las libertades del software libre.
Aunque los componentes de software de código abierto están, por definición, disponibles para todos, algunos titulares de derechos de autor no quieren que un producto, a menudo creado con fines benéficos, sea utilizado y vendido sin control. Por lo tanto, prohíben el uso de código abierto en software propietario e incluso exigen que un producto creado a partir de código abierto sea liberado al dominio público. Sin embargo, esto no significa que las soluciones de código abierto no puedan utilizarse con fines comerciales.
Existen, por ejemplo, versiones pagas de Linux, cuyos propietarios ganan dinero vendiendo licencias de distribución y atención al cliente. Los escenarios aceptables para el uso del software, determinados por el titular de los derechos de autor, se describen en la licencia.
Ante estos escenarios todo podría parecer «bien» y «correcto» hasta cierto punto y como tal las licencias incluyen la concesión explícita de los derechos, obligaciones claras y completas de proporcionar código fuente y cláusulas copyleft que garantizan la protección de las libertades en trabajos derivados.
Durante más de treinta años, las GPL han estado en el centro del movimiento del software libre. Y cada vez que un destinatario de software con licencia GPL ve la licencia, sabe que tiene todas las libertades esenciales de una manera clara e inequívoca.
Las licencias de código abierto se pueden dividir en dos categorías, las cuales son las permisivas y copyleft:
- Por el lado de las licencias permisivas, estas permiten utilizar el código fuente en cualquier proyecto, incluidos los propietarios y dentro de las más populares se encuentran: Apache License 2.0, BSD 2-Clause “Simplified”, BSD 3-Clause “New” y la licencia MIT
- En cuanto a las copyleft, la Free Software Foundation divide esta licencia en dos categorías: «copyleft Strong» y «copyleft Weak». Un copyleft Strong no implica condiciones bajo las cuales el software derivado pueda distribuirse bajo cualquier licencia distinta a la utilizada en el código fuente. El copyleft Weak, por el contrario, prevé tales condiciones.
Y bien, aunque esto es lo que dice la «teoría», en la práctica no todo es miel sobre hojuelas, ya que los proyectos grandes suelen utilizar varios componentes de código abierto a la vez. Y antes de enviarlos a producción, debe asegurarse de que los programas o partes de los mismos, lanzados bajo diferentes licencias, puedan combinarse en el marco de un solo producto.
Como tal, en las licencias permisivas todo es sencillo, ya que la mayoría son compatibles entre sí, con otras licencias libres e incluso propietarias. Los fragmentos del código fuente permanecerán bajo sus propias licencias y el nuevo proyecto podrá existir bajo cualquier otra. Las licencias copyleft, por otra parte, no sólo son incompatibles con las permisivas y propietarias, sino que incluso pueden ser incompatibles entre sí. Por ejemplo, GPLv2 es incompatible con GPLv3.
Aquí es donde el artículo de Free Software Foundation tiene «su porque» ya que menciona que algunos autores se «involucran en prácticas confusas» al redactar licencias que utilizan los términos y condiciones existentes de las Licencias de Software Libre GNU, sin la intención de otorgar las cuatro libertades a los usuarios.
Por ejemplo, durante mucho tiempo hemos visto intentos de agregar restricciones al texto de la licencia en sí, colocadas en el archivo LICENSE o incluidas en otra parte de la versión del programa. Este es el caso de los llamados bienes «comunes»que, cuando se aplica a una licencia de software libre, afirma que el programa está cubierto por la licencia. Pero, al mismo tiempo, es contradictorio en su significado al afirmar que está prohibida la venta de copias del programa o la implementación de un servicio comercial con el programa.
Ante este escenario de «insertar restricciones en una licencia GNU» la Free Software Foundation ya estaba al tanto de prácticas de licencias engañosas y confusas que subvirtieron la intención de GNU GPLv2 al agregar términos que prohibían ciertos usos. Con la intención de permitir a los usuarios eliminar cualquier restricción adicional que pudiera haberse agregado a la licencia, la FSF incluyo la «sección 7» de GNU GPLv3 y AGPLv3, titulada «Términos adicionales».
Aquí estábamos particularmente preocupados por el problema de los autores de programas que pretenden licenciar sus obras de una manera engañosa y quizás contradictoria, utilizando la GPL con restricciones adicionales inaceptables que convertirían esas obras en software no libre.
Para dejar aún más claro que las restricciones agregadas son incompatibles con la licencia GNU, la Free Software Foundation ha otorgado a los usuarios el derecho de eliminar estas restricciones agregadas y preservar la libertad del programa. Pero la FSF tiene otra herramienta legal para contrarrestar los intentos de distribuir programas bajo la Licencia Pública General GNU que han sido modificados erróneamente para convertirse en licencias no libres.
La FSF finaliza su artículo mencionando que siempre ha permitido que todos utilicen sus licencias de acuerdo con su propósito, que es otorgar y proteger la libertad de los usuarios para ejecutar, copiar, distribuir, estudiar, modificar y mejorar el software.
El software propietario no es ético y moral según la FSF y está trabajando duro para construir un futuro que contenga cada vez menos.
Si estás interesado en poder conocer mas al respecto, puedes consultar los detalles en el siguiente enlace.