Los interminables problemas con las licencias de código abierto y las constantes quejas por parte de desarrolladores sobre el abuso de quienes utilizan sus desarrollos para proyectos comerciales, son dos de los problemas que más han comenzado a tener impacto en la comunidad de desarrolladores de código abierto.
Aquí en el blog, ya hemos compartido diversas noticias y opiniones sobre estos temas, tal como la propuesta de transferir las responsabilidades a proyectos comerciales sobre vulnerabilidades que puedan surgir en el código que utilizan de otros proyectos, asi como también las quejas constantes por el poco apoyo financiero, entre otros más.
Y ahora, en noticias más recientes, hace poco Bruce Perens, uno de los autores de la definición del «Open Source» y cofundador de la iniciativa, ha reavivado la llama del «Post open source» y ha hecho un llamado para volver a dar una revisión a la idea de una evolución o revisión del paradigma de desarrollo de software de código abierto.
Según Perens, las licencias actuales de código abierto no ofrecen suficiente protección y por ende hoy en día vemos cada vez más a los desarrolladores de código abierto exponer sus quejas, es por ello que propone un nuevo modelo que incluya condiciones contractuales para mejorar las relaciones entre desarrolladores y empresas comerciales.
«En primer lugar, nuestras licencias ya no funcionan», afirmó. «Hemos tenido suficiente tiempo para que las empresas hayan encontrado todas las lagunas y, por lo tanto, necesitamos hacer algo nuevo. La GPL no está actuando como debería haberlo hecho cuando un tercio de todos los sistemas Linux de pago se venden con una elusión de la GPL. Eso es RHEL».
Bruce Perens señala que la Licencia Pública General (GPL) originalmente fue diseñada solo como una licencia y no como un contrato, lo que permite a las empresas eludir sus requisitos y limitar la redistribución del código fuente. Perens sugiere un nuevo modelo que incorpore elementos contractuales para abordar estas lagunas legales y de esta forma asegurar u obligar (basicamente) a quienes abusan de ello, realicen el correcto retroactivo para los desarrolladores de software de código abierto.
«Lo que viene después del código abierto debería llamarse de otra manera. Nunca debería intentar hacerse pasar por código abierto». Todavía está buscando un término más apropiado que “post open”.
Un claro ejemplo que ilustra una situación en la que las empresas, al “utilizar” proyectos y/o desarrollos con licencias software de código abierto, es que abusan de ciertas estrategias para limitar la redistribución del código fuente, a pesar de las disposiciones de las licencias abiertas, como la Licencia Pública General de GNU (GPL).
En el caso de Red Hat Enterprise Linux (RHEL), se menciona que los clientes firman acuerdos con Red Hat para recibir soporte y actualizaciones. Estos acuerdos pueden incluir cláusulas que limitan la redistribución de datos, y se menciona el derecho de rescindir el acuerdo si las copias instaladas y compradas de RHEL no coinciden. Esto crea una situación en la que los clientes se enfrentan a una elección entre la libertad de disponer del software y mantener su estatus como cliente de Red Hat.
Además, se destaca que los parches suministrados para RHEL que eliminan vulnerabilidades se aplican al código GPL, lo que otorga a los usuarios el derecho de distribuirlos según las disposiciones de la licencia. Sin embargo, esta distribución puede ser percibida como una violación del contrato con Red Hat, lo que podría llevar a la terminación de los servicios prestados por la empresa.
Este ejemplo resalta cómo las empresas pueden utilizar ciertas lagunas legales o disposiciones contractuales para restringir la redistribución del código fuente, a pesar de las libertades proporcionadas por las licencias de código abierto. Este tipo de prácticas pueden generar tensiones entre las disposiciones de las licencias de código abierto y los acuerdos contractuales específicos que las empresas establecen con los proveedores de software.
En este nuevo enfoque, se propone que las empresas paguen por los beneficios derivados del uso comercial del software de código abierto, ya sea participando en el desarrollo o pagando regalías. Se considera la posibilidad de utilizar una certificación anual, después de la cual las empresas obtendrían derechos para utilizar el software. Los fondos transferidos estimularían el desarrollo y permitirían a los desarrolladores dedicar tiempo a crear aplicaciones convenientes para los usuarios finales.
Entre los desafíos destacados se encuentra la necesidad de establecer una organización que estudie las contribuciones al desarrollo y distribuya los fondos de manera transparente y justa para los desarrolladores. La implementación exitosa de este modelo Post-Open Source requeriría una cuidadosa consideración de estos aspectos organizativos y financieros.
Fuente: https://www.theregister.com