Yo en mi artículo anterior les había prometido un artículo sobre comercializar software libre, pero no voy a poder hacerlo, ya que el artículo original tenía licencia CC sin derivadas. Si quieren leerlo de todos modos, se los dejo aquí. No olviden de ver también los comentarios, porque la discusión sigue ahí. De lo que sí puedo hacer un artículo es sobre algo que acabo de leer en Muktware.
Resulta que en Debian, se reportó un bug severo en el código fuente de Mono, diciendo que Mono no cumple con la DSFG, por contener un archivo del proyecto JSON. Ahora, ¿que pasa?. JSON tiene su propia licencia, la cual es como la licencia MIT pero con un párrafo extra que establece (INSISTO, NO ES BROMA)
«The Software shall be used for Good, not Evil.»
O sea
«El software debe ser usado para el bien, no para el mal.»
¿De donde surgió esta clausula que resulta en una FLAGRANTE VIOLACIÓN a la libertad para usar software para cualquier propósito (incluyendo el mal)? Douglas Crockford, quien popularizó JSON como una alternativa ligera a XML lo explica en este video.
En el minuto 39:45 explica
Cuando puse la implementación de referencia en mi sitio web, necesitaba ponerle una licencia de software. Miré todas las licencias que están disponibles, y había muchas. Decidí que la que me gustaba más era la licencia MIT, el cual era un aviso que pondrías en tus fuentes, y diría: «tienes el permiso de usar esto para el propósito que quieras, sólo deja el aviso en la fuente, y no me demandes.» Me encanta esa licencia, es muy buena.
Pero eso fue a fines del 2002, ya habíamos comenzado la Guerra contra el Terrorismo, e íbamos tras los malos con el Presidente (Bush), y el Vice-Presidente (Cheney),y sentí que necesitaba hacer mi parte. Así que le añadí una linea más a mi licencia, que era: «El software debe ser usado para el bien, no para el mal.» Yo pensé que hice mi trabajo.
Una vez al año recibo una carta de un cascarrabias que dice: «¡Debo tener derecho a usarlo para el mal!. ¡No voy a usarlo hasta que cambies tu licencia!» O me escriben: «¿Cómo sé si es malvado o no? No creo que sea malvado, pero alguien puede pensar que es malvado, así que no lo voy a usar.» ¡Genial, Mi licencia funciona, estoy deteniendo a esos malhechores!
Miembro de la audiencia: ¿Si pides una licencia separada, puedes usarla para el mal?
Douglas: Es un punto interesante. También una vez al año, me llega una carta de un abogado, cada año un abogado diferente, en una compañía–No quiero avergonzar a la compañía diciendo su nombre, así que diré sus iniciales–IBM……diciendo que ellos quieren usar algo que escribí. Porque yo lo pongo en todo lo que escribo. Quieren usar algo que escribí en algo que ellos escribieron, y estaban muy seguros de que no lo usarían para el mal, pero no podían asegurar lo mismo de sus clientes. Así que ¿Podía darles una licencia en especial para ellos? Por supuesto. Y les respondí–esto pasó literalmente hace dos semanas–«Le doy mi permiso a IBM, sus clientes, socios, y subalternos, para usar JSLint para el mal.» Y el abogado me respondió: «¡Muchas gracias, Douglas!»
Pero como la cláusula es tan libre a interpretaciones y muy vaga, por esa razón, el software que utilice las librerías JSON no pueden ser consideradas libres, ni por Debian, ni por RedHat/Fedora, ni por Google code. Si bien se puede esperar que un abogado responsable de licencias tenga menos sentido del humor que un programador, también hay desarrolladores que tampoco lo tienen. Justo Jo Shields, uno de los mantenedores de Mono en Debian es uno de ellos. El dijo:
«El es libre para elegir su licencia y yo soy libre para criticarlo por elegir una licencia pretendida-FOSS y actuar como una preadolescente echando risitas.» (Uuuuhhhhh)
Y ya sabemos lo clara que es la definición de software libre. Un programa no es libre si contiene restricciones a su uso, incluso si fuese para el mal. Linus Torvalds hace unos años puso un ejemplo:
«Si fueses un científico loco, puedes usar software bajo la GPLv2 para tus planes malvados de dominar al mundo («Tiburones con lasers en las cabezas!!«) Y la GPLv2 dice que tienes que ofrecer de vuelta el código fuente. Y por mí está bien. Me gustan los tiburones con lasers. Sólo quiero que los científicos locos del mundo me me paguen de vuelta. Yo hice código disponible para ellos, tienen que hacer que sus cambios estén disponibles para mí. Después de eso, pueden freírme lo que quieran con láseres.»